Apuntes

Atadura

 

-Una serie. Sentido de ritualidad entre ¿una pareja?, ¿entre amantes ocasionales?
-Las cuerdas: atadura que ciñe pero que también revierte el orden simbólico y la relación de poder entre los personajes. El sometido termina sometiendo. El atado es quien ejerce el control sobre el otro.
-Elementos simbólicos: la cabeza del pez como un elemento de muerte que nos devuelve la mirada. Somos el que observa pero también somos el observado. La flor como un símbolo que acompaña a lo femenino pero no desde su exuberancia, sino como fragmento (la flor cortada como símil de qué, ¿del mundo interior de la mujer?, ¿de la relación con el atador?, ¿de la estación que llega?)
-Una escena: presentación de los personajes. El hombre con el pez y la mirada fija a la cámara. La mujer mostrando su deseo de manera indirecta a través de una ilustración. El testigo cuyo rostro siempre ha de ser elusivo y cuyo presencia, a pesar de ser necesaria para dar testimonio de lo que ahí ocurre, siempre se ha de presentar como una mirada esquiva y que evita al espectador en todo momento.
-Amarillos, rojos, piel pálida. Contrastes.
-Un fondo que haga pensar en la ausencia de las estaciones, de cualquier elemento, porque el cuerpo es siempre una habitación cerrada.
-Y todo este ritual, ¿para qué? Para montar una falsa ceremonia del té. Una ceremonia que falsifica el dominio de uno sobre otro.
-¿Qué ataduras? ¿Las que inmovilizan del todo? ¿las que terminan por sepultar los rasgos de la individualidad? Y ahí, ¿en qué se convierte el cuerpo?
-La importancia de la mirada. Lo femenino siempre tiene los ojos fijos en el espectador. Directo a la cámara, sin concesiones.
-Las miradas se encuentran, se evaden, caen sobre el cuerpo, sobre las ataduras.

 

 

Sesión realizada como parte del taller de creación de escenas, impartido por Mario Manzo y yo en la ciudad de Querétaro, el 17 de noviembre de 2018.

Detalles de la sesiòn: ataduras por el sensei shibari Porfirio Terán; modelo: Sophie


Fotografías por Francisco Guillén. Obra protegida por Creative Commons (CC BY-NC 4.0)

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Tenebra (2)

Como la oscuridad, el cuerpo también es un espacio indeterminado: está gobernado por pasiones terribles. Aunque parezca estar en aparente calma, reposa en una voluptuosidad contenida que pronto encuentra su cauce: una daga; un fragmento del jardín de las delicias; un rostro que apenas reconocemos tras el velo de la noche; un pez cuyo filo se apaga lentamente al contacto del aire y una mano; las palabras con que santa Teresa le hablaba a dios y a su propia carne.

En la noche del cuerpo, en la oscuridad que sostiene cada instante, la fotografía es una pregunta que debe ser formulada.


Fotografía: Mario Manzo y Francisco Guillén / Modelo: Jennifer Guillén / MUA & Styling: Romina Alcazar y Roberto Cardiel / Director de arte: Francisco Guillén

Fotografía análoga: Mamiya Rb67 / Nikon F5

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